En Clínica Eguren somos pioneras en acné y rosácea.
Patologías muy frecuentes y que condicionan el día a día de muchas pacientes.
En el apartado de ACNÉ Y ROSÁCEA encontrarás mucha información.
¿Qué más te preocupa? ¿Cómo te podemos ayudar?
–MANCHAS; encontrarás un apartado específico sobre ello.
–Unidad de Piel en Embarazo y Lactancia, dirigida por la Dra. Sara Ibañes para atender de forma especializada a mujeres embarazadas o con lactancia materna.
–Cicatrices de acné; encontrarás un apartado específico sobre ello.
-Hiperhidrosis o exceso de sudoración
-Revisión de lunares.
-Detección y eliminación de cáncer de piel
-Psoriasis.
-Dermatitis atópica y otras dermatitis.
-Infecciones y parásitos.
Prácticamente la mitad de nosotros tendremos un cáncer de piel a lo largo de nuestra vida
¿Sabías que el cáncer de piel es el más frecuente de los tumores malignos del ser humano? Se estima que aproximadamente el 50% de personas de raza blanca tendremos al menos un cáncer de piel a lo largo de nuestra vida. Por eso, este tema te interesa. ¿Qué puedes hacer tú respecto al cáncer de piel?
Hemos empezado con una mala noticia: el cáncer de piel es muy frecuente. Pero también tenemos no una, sino varias buenas noticias: es un cáncer que puedes prevenir; el carcinoma basocelular, que es el más frecuente, no mata; el melanoma, que es el más peligroso, si se detecta a tiempo, tiene muy buen pronóstico. Si ponemos lo bueno y lo malo en una balanza, gana lo bueno. Pero lo mejor de todo es que hay varias cosas que tú puedes hacer para que la balanza de lo bueno gane peso.
Dentro del cáncer de piel existen básicamente 3 tipos distintos:
- Empezamos por el carcinoma o epitelioma basocelular, que es el más frecuente. Aunque crece y destruye localmente, muy raramente metastatiza y por tanto no suele ser mortal. Suele aparecer en zonas expuestas al sol, especialmente en la cara. Los hay de varios tipos: superficial, nodular, esclerodermiforme, pigmentado. Solemos verlos como verruguitas color piel-rojizas en las que a veces aparece una herida que no cura. El tratamiento de elección es la extirpación mediante cirugía.
- El carcinoma epidermoide o espinocelular es el segundo tumor en frecuencia. Al igual que el epitelioma basocelular, crece y destruye localmente, pero en este caso sí puede llegar a metastatizar, aunque no es muy frecuente. Aparece en zonas expuestas y muy dañadas por la exposición al sol: en la cara, en las orejas, en el cuero cabelludo de hombres calvos, en el dorso de las manos… Clínicamente aparecen como verrugas más o menos grandes, que frecuentemente se ulceran y forman costra. En este caso, el tratamiento de elección también es la extirpación mediante cirugía.
- Por último, tenemos el melanoma. Aunque es el menos frecuente de los tres, es el más peligroso, puesto que sí puede metastatizar y llegar a ser mortal. Existen varios tipos diferentes de melanoma: de extensión superficial, lentigo maligno, nodular y lentiginoso acral. Clínicamente suelen ser como lunares “raros” con alguna o varias de estas características: asimetría, bordes irregulares, varios colores (negro, marrón, rojo…), diámetro mayor de 6mm y que ha cambiado. De esto os hablamos más en profundidad en el apartado de Revisión de lunares. El tratamiento necesario para un melanoma es la extirpación mediante cirugía. De hecho, aquí sí que es importante diagnosticar y extirpar a tiempo cualquier lesión sospechosa de melanoma, puesto que cuanto antes se coja y menos haya profundizado, mejor pronóstico tendrá. Es decir, si lo detectamos y lo quitamos pronto y el melanoma apenas ha profundizado en la piel, la persona tendrá una probabilidad de supervivencia de prácticamente el 100%. En cambio, si llegamos tarde y el melanoma se ha hecho profundo en la piel, la supervivencia disminuye y las probabilidades de morir a causa del melanoma aumentan.
Hoy en día es una pena que alguien muera a causa de cáncer de piel porque son tumores que en la mayor parte de los casos se pueden prevenir o diagnosticar a tiempo. Por tanto, ¿qué es lo que tú puedes hacer en relación al cáncer de piel? De forma muy clara: para prevenir debes protegerte del sol y evitar quemaduras solares y para detectar a tiempo debes revisarte regularmente los lunares o consultar cuanto antes si aparece alguno sospechoso.
¿Has notado una caída excesiva de pelo los últimos meses? ¿Al mirarte en el espejo notas menos densidad y se ve más el cuero cabelludo? ¿Te aterra la idea de pensar que puedes quedarte calva?
Si te preocupa perder pelo y deseas ponerle remedio cuanto antes, te vamos a dar un consejo: ponte en manos de un dermatólogo experto en tricología, que es la ciencia que estudia el pelo. Leerás artículos que proponen milagrosos tips anticaída, centros de peluquería y belleza con productos que prometen ser infalibles, cantidad de personas sin la formación adecuada que parecen tener bajo manga la solución definitiva a la alopecia…
Desconfía de todo lo que huela a milagroso, es mentira y no funciona, así de claro. El problema es que el pelo preocupa y tras esa preocupación se mueven mucho dinero e intereses económicos. En primer lugar, ¿sabías que existen más de 100 tipos de alopecia o caídas de pelo? Cada una tiene un mecanismo de aparición diferente y, por tanto, lo manejamos también de manera diferente. Lo más importante ante un problema de alopecia es que conozcamos bien tu historia y realicemos una correcta exploración (visual, tricoscopia…). De esa manera llegaremos a un correcto diagnóstico y con ello plantearemos las opciones de tratamientos para juntas elegir la más adecuada en tu caso.
Vamos a hacer un breve repaso de las alopecias más frecuentes y unas pinceladas de su manejo:
- Alopecia androgenética femenina: la sufren el 40% de mujeres a lo largo de la vida; tiene diversas causas: genética, hormonal, alteraciones del ciclo capilar, déficit de hierro y micronutrientes…; puede aparecer en diferentes patrones: pérdida en “árbol de Navidad”, pérdida en corona, patrón masculino o patrón difuso; existen diferentes opciones de tratamiento: tópico, en pastillas e inyectados. En casos avanzados se puede valorar el transplante capilar.
- Alopecia androgenética masculina: la sufre prácticamente el 80% de varones a lo largo de la vida y es el tipo de calvicie más habitual; aparece por una cuestión genética y hormonal (los andrógenos u hormonas masculinas actúan sobre el pelo haciendo que se afine y llegue a caerse y desaparecer); existen diferentes opciones de tratamiento: tópico, oral, inyectado y transplante capilar.
- Alopecia areata: se trata de una alopecia autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error al folículo del pelo haciendo que caiga; la alopecia seguirá activa mientras ese ataque persista, pero una vez ceda, el pelo reaparecerá; es más frecuente en niños y adultos jóvenes; puede ser localizada (en forma de calvas generalmente en la cabeza, pero también pueden aparecer en la barba, cejas, pestañas o vello corporal), generalizada (se cae todo el pelo de la cabeza) o universal (se cae todo el pelo y vello de la cabeza y de todo el cuerpo); no existe un tratamiento curativo, pero sí existen distintas opciones que nos ayudan a frenar la caída y ayudar a que el pelo reaparezca.
- Alopecia fibrosante frontal: es una alopecia cicatricial de origen autoinmune, es decir, el sistema inmunológico ataca por error al folículo del pelo, pero en este caso lo destruye con lo que el pelo desaparece para siempre; es más frecuente en mujeres a partir de la menopausia; suele afectar a la zona más anterior del cabello, justo en la parte alta de la frente y en las patillas; el fin del tratamiento es detener la progresión de la alopecia, es decir, disminuir la inflamación para que no siga cayendo más pelo, pero el pelo que ya ha caído no volverá a aparecer; dentro de las opciones de tratamiento tenemos: fármacos antiandrógenos, corticoide inyectado, retinoides orales (se utiliza cuando aparecen pequeños granitos en la cara asociados a la alopecia), trasplante capilar (en casos seleccionados y sin actividad durante al menos los últimos 2 años puede ser una opción), sistemas capilares (sistemas que integran cabello natural y que se adaptan a la forma de la alopecia).
- Efluvio telógeno: se trata de una caída exagerada y llamativa de cabello que cede por sí sola en un tiempo indeterminado (generalmente varios meses); se produce por una alteración en el ciclo de crecimiento del pelo que generalmente aparece a los 2-4 meses de haber pasado épocas de estrés, accidentes, enfermedades, hospitalizaciones, dietas de adelgazamiento, partos…; en unos meses cede sola y el pelo deja de caerse de forma tan llamativa y, por tanto, en principio no hay por qué tratarla; hay casos en los que el efluvio se prolonga y no cesa o si te genera mucha angustia, podemos valorar pautar tratamiento para ayudar a detener antes la caída.
- Foliculitis decalvante: se trata de una alopecia cicatricial con inflamación de origen autoinmune, es decir, el sistema inmunológico atacar por el error al folículo generando una inflamación que destruye el folículo de forma permanente; es más frecuente en varones jóvenes; cursa en brotes y suele afectar a la zona de la coronilla en la que aparece rojez, pústulas, costras amarillentas y pelos agrupados en mechones, todo ello acompañado de picor, escozor; es importante tratarla de forma precoz para detener el avance y que la inflamación no siga destruyendo pelos.
- Alopecia por tracción: se trata de una alopecia que se produce por tirar del pelo en exceso: peinados, colas de caballo, moños o trenzas muy tirantes suelen ser la causa más habitual; si se corrige a tiempo evitando la tracción del pelo puede ser reversible, pero si se mantienen los peinados que la causan puede llegar un momento que la alopecia se haga permanente y no se recupere el pelo perdido; vemos zonas despobladas y con pelos cortados en la zona lateral, por detrás de la sien; el tratamiento consiste en evitar la tracción mecánica que produce el debilitamiento y caída del pelo.
Dermatitis significa inflamación de la dermis, es decir, inflamación de la piel. Por tanto, es un término que engloba muchos tipos de inflamación.
A simple vista las dermatitis las vemos como piel roja, que se descama y pica. Para llamarla de forma correcta y completa, al nombre dermatitis necesitamos ponerle un apellido: atópica, seborreica, alérgica de contacto, irritativa, perioral, por estasis, herpetiforme… Cada una de estas dermatitis tiene causas, evolución y tratamientos diferentes. Por ello, en primer lugar, examinaremos la piel, veremos de qué tipo de dermatitis se trata (en ciertas ocasiones realizaremos una biopsia, toma de pequeña muestra de piel para analizarla al microscopio) y con ello pautaremos el tratamiento adecuado. Las dermatitis más frecuentes son:
- Dermatitis atópica: Es la reina de las dermatitis porque es una de las enfermedades cutáneas más comunes, sobre todo en niños. Suele aparecer en brotes, lo cual significa que hay periodos de empeoramiento intercalados con otros periodos sin lesiones. Clínicamente observamos eccemas, que son placas rojas y con descamación que producen picor. Suele aparecer generalmente en bebés, en la cara y en áreas de extensión de extremidades y tronco. A medida que el niño crece las lesiones suelen empezar a afectar a las flexuras (muñecas, flexura del codo o detrás de las rodillas). En muchos casos a, partir de los 8-9 años, los eccemas disminuyen o dejan de aparecer y solo un 20% de personas que durante su infancia sufrieron dermatitis atópica, sigue teniendo brotes de adulto. En estas personas las lesiones aparecen muy frecuentemente en las manos y los pies, las flexuras, la cara y el cuello.
¿Te molesta el picor hasta el punto de estar irritable o con cierto malestar? ¿Has notado que tu niño cuando tiene dermatitis duerme peor? Estas son algunas de las razones por las que es tan importante tratar adecuadamente la dermatitis atópica. Un niño con eccemas y picor no descansa bien. Eso influye en el niño, en su crecimiento y rendimiento y en el bienestar de toda la familia, porque ya sabemos que, si el niño no duerme bien, tú tampoco duermes bien. En niños más mayores y personas adultas también influye en el estado de ánimo e incluso en la autoestima. Por todo ello, es importante que te ayudemos a manejar correctamente esta afección durante el brote y el mantenimiento, prestando también especial atención al estilo de vida. Sí, hay muchas cosas del estilo de vida que pueden influir en la dermatitis atópica y es importante que las conozcas para controlarlas a tu favor.
Si te interesa conocer más acerca de la dermatitis atópica vente a nuestra sección de Dermatitis atópica en el apartado de Niños y piel. - Dermatitis seborreica: Suele aparecer en zonas grasas del cuerpo: cuero cabelludo (rojez, picor, costras y caspa, costra láctea en bebés), cejas, surco nasolabiales, zona del pecho en hombres… A la hora de manejarlo deberemos adaptar el tratamiento a la zona afecta: loción o champú para cuero cabelludo, cremas para la cara, espumas para barba y pecho en hombres. Solemos emplear corticoides tópicos y diversos ingredientes con efecto seborregulador y antifúngico.
- Dermatitis alérgica de contacto: Es un tipo de inflamación que aparece por el contacto directo con la piel de una sustancia alergénica, es decir, que produce alergia. Por lo general solo aparece en la zona que toca el alérgeno. Los alérgenos más habituales suelen encontrarse en: bisutería, perfumes, cosméticos, tintes de pelo… A la hora de tratar este tipo de dermatitis, es fundamental detectar qué sustancia es la que produce la alergia, para evitar entrar en contacto con dicha sustancia en un futuro. Los corticoides también serán útiles para ayudar a mejorar la dermatitis alérgica de contacto.
- Dermatitis irritativa: Este tipo de dermatitis aparece cuando la piel entra en contacto con una sustancia irritante. En ocasiones aparece tras una única exposición y otras veces se requiere un contacto repetido con la sustancia irritante, dependerá de la capacidad irritante del producto y su concentración, el tiempo de contacto y la sensibilidad de la piel. La irritación suele aparecer únicamente en la zona de piel que entra en contacto con la sustancia que lo irrita. Los irritantes más comunes suelen ser: disolventes, jabones, cosméticos… Para tratar la dermatitis irritativa es importante detectar la sustancia irritante e intentar evitar entrar en contacto con dicha sustancia o, al menos, en menor cantidad o tiempo, para evitar que llegue a producir el efecto irritativo. Una vez disminuya o desaparezca el contacto, la dermatitis tenderá a mejorar. En determinados casos empleamos corticoides para disminuir la inflamación y mejorar la dermatitis.
- Dermatitis perioral: Se trata de una inflamación que aparece en forma de granitos y espinillas alrededor de la boca. También puede aparecer alrededor de la nariz y los ojos y en este caso lo llamaremos dermatitis periorificial (alrededor de los orificios faciales). Se desconoce su causa exacta, pero puede deberse al uso incorrecto o excesivo de corticoides. Por tanto, a la hora de tratarlo debemos evitar los corticoides en crema y valorar utilizar otras cremas que contengan inhibidores de calcineurina y antibiótico oral.
- Dermatitis por estasis: Este tipo de dermatitis aparece en la parte inferior de las piernas cuando, debido a problemas circulatorios y varices, se acumulan líquidos en esta zona. Clínicamente se observa la piel roja, tensa e hinchada, engrosada y con pequeñas ampollas. El diámetro de la pierna suele estar aumentado y se observan otros signos de insuficiencia venosa, es decir, de problemas de circulación. En estos casos será fundamental implementar medidas que mejoren la circulación: medias de compresión, piernas en alto, pérdida de peso… A nivel tópico utilizaremos corticoides, emolientes o astringentes dependiendo de cada caso y situación.
- Dermatitis herpetiforme: También conocida como enfermedad de Duhring-Brocq, se trata de la manifestación en piel de la enfermedad celíaca, es decir de la intolerancia al gluten. Suele aparecer como granitos rojos y pequeñas ampollas que producen un intenso picor, en zonas de extensión como codos, rodillas y nalgas. Para su correcto manejo es fundamental iniciar una dieta sin gluten y determinados medicamentos, como las sulfonas, pueden ser útiles en su control.
Como ves, no todo lo rojo que descama y pica es lo mismo ni se trata de igual manera. Podemos ayudarte a poner apellido a la dermatitis, entender sus causas y establecer una pauta de tratamiento y estilo de vida para intentar controlarla y que realices tus actividades y duermas sin interferencia del picor de la dermatitis.
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer se ve sometido a muchos cambios que repercutirán en la piel, por lo que necesita ciertos cuidados específicos durante esos meses
Dentro de la clínica la Dra. Sara Ibañes y Dra. María Vallejo se encargan de la Unidad de Piel en embarazo y lactancia con lo que te ayudarán a adaptar tu rutina, tratar las patologías que puedan aparecer (acné, rosácea, melasma) y darte las recomendaciones necesarias para cuidar tu piel lo mejor posible durante todos los meses de gestación.
A modo de resumen práctico, os dejamos 3 recomendaciones:
1. Fotoprotección solar:
Debes usar un fotoprotector del 50, a diario, en las zonas que están expuestas al sol, tanto en verano como en invierno.
Lo recomendamos a todos los pacientes, pero prestando mayor atención a las gestantes, ya que el embarazo es un estado en el que se favorece la pigmentación. Las areolas se oscurecen, aparece la línea alba y en la cara es frecuente que aparezca melasma. Este último se caracteriza por la presencia de manchas marrones en mejillas, frente y labio superior, más frecuente en pieles morenas y que empeora con la exposición solar. Durante el embarazo puedes utilizar algún despigmentante que sea compatible y tras el parto iniciar tratamiento más específico y eficaz.
Además los lunares pueden oscurecerse o cambiar, por lo que si observas o notas cualquier cambio debes consultar con un dermatólogo.
2. Hidratación:
Usa una crema hidratante a diario, es importante para mejorar la piel seca y con ello, el picor, que es frecuente durante el embarazo.
Además, simplemente con la hidratación ayudarásprevenir la aparición de estrías, que aparecen fundamentalmente en abdomen, pecho y muslos. Tras el parto, sobre todo en aquellas estrías de coloración rojiza puedes aplicar un retinoide como tratamiento y podremos realizar tratamiento con láser si es necesario.
3. Higiene de la piel:
Usa jabones neutros y evita los baños con agua muy caliente.
Si sufres algún brote o empeoramiento del acné, rosácea o melasma durante el embarazo, podemos y debemos tratarlo adecuando la pauta de tratamiento
Como hemos dicho, en el embarazo nuestra piel se ve sometida a muchos cambios. Es importante diferenciar las afecciones fisiológicas propias del embarazo, de las patológicas que necesitan un control más especial.
A. Cambios fisiológicos en el embarazo:
- Estrías de distensión.
- Uñas: frágiles y de aspecto deslustrado. Pueden despegarse o engrosarse en su parte más externa.
- Hiperpigmentación: areolas, pezones, línea alba, genitales, melasma.
- Hiperhidrosis y aumento de la secreción sebácea.
- Efluvio telógeno postparto: durante el embarazo el pelo se cae menos, pero tras el parto, a los 3 meses aproximadamente, se produce una caída que puede ser más o menos llamativa. El cualquier caso, tranquila, se recuperará.
- Lesiones vasculares: angiomas capilares, arañas vasculares, varices, hemorroides.
B. Dermatosis propias del embarazo
1. Herpes gestationis:
Se caracteriza por intenso picor que se sigue al cabo de algunas semanas de lesiones ampollosas en el abdomen. Comienzan alrededor del ombligo y después se extienden de manera centrífuga al resto del cuerpo.
Aparece más frecuentemente en multíparas, raza blanca y entre la semana 28 y 32 de embarazo, aunque también puede aparecer en el postparto. Se asocia a retardo del crecimiento y prematuridad.
El diagnóstico se basa en la clínica y en la toma de una biopsia.
En cuanto al tratamiento, se utilizan antihistamínicos orales y corticoides tópicos y en algunos casos orales. En cualquier caso, siempre debes consultar al dermatólogo para un diagnóstico y tratamiento correcto.
2. Erupción polimorfa del embarazo:
Es la afección más frecuente en el embarazo. Afecta más a primíparas, embarazos gemelares y en aquellas gestantes que aumentan mucho de peso. Aunque su causa es desconocida, la distensión abdominal podría estar en relación. Suele aparecer en el tercer trimestre y en el postparto inmediato. Las lesiones cutáneas son muy pruriginosas y localizadas en las estrías del abdomen, respetando la zona periumbilical. No hay riesgo para nuestro bebé. El tratamiento consiste en antihistamínicos orales y corticoides tópicos.
3. Prúrigo del embarazo:
Suele aparecer entre el 2º y 3er trimestre del embarazo. Las lesiones consisten unos granitos cubiertos de costra que afectan a las superficies extensoras de brazos y piernas. Su causa es desconocida y lo importante es que nuestro bebé no se verá afectado.
4. Colestasis del embarazo:
Consiste en intenso picor y lesiones de rascado, que suele comenzar en manos y pies y se extiende a brazos, piernas, tronco y cara. Puede acompañarse de ictericia (color amarillo de la piel), orina oscura y malabsorción de grasas.
Para su diagnóstico necesitamos unos análisis de sangre donde observaremos un aumento de transaminasas, fosfatasa alcalina y a veces de bilirrubina.
Se asocia a bajo peso, prematuridad y sufrimiento fetal.
Si el sudor es un problema, vamos a buscarle solución
Sudar es normal y todos lo hacemos, pero si sudas en exceso puedes tener un problema que dificulta tu día a día. Eliges la ropa para evitar que el sudor de las axilas sea muy evidente, no quieres dar la mano a otras personas porque siempre chorrea, hay tareas manuales que se complican mucho pues las manos están siempre mojadas, es difícil encontrar un calzado adecuado, te sientes incómodo pensando que los demás creen que no te has duchado… Éstas y otras situaciones son algunas de las que evitaremos si logramos un buen control de ese exceso de sudoración.
Es importante entender que la sudoración es una respuesta fisiológica de nuestro organismo para eliminar ciertas toxinas y regular la temperatura corporal y, por tanto, sudar es algo normal. El problema es cuando aparece la hiperhidrosis o exceso de sudoración. Esta hipersudoración puede producirse de forma generalizada (en todo el cuerpo) o más frecuentemente de forma localizada en palmas, plantas, axilas, cuero cabelludo… Siempre que nos encontremos ante un cuadro de hipersudoración, deberemos descartar ciertas patologías de base que puedan justificar ese exceso de producción de sudor, la más frecuente el hipertidoidismo. Simplemente con una analítica con hormonas tiroideas sabremos si el tiroides está funcionando normalmente o en exceso. Ahora bien, la mayor parte de veces no encontramos ninguna causa que explique la hiperhidrosis. En estas ocasiones decimos que se trata de una hiperhidrosis idiopática.
¿Cómo podemos atajar el problema de la hiperhidrosis? Antes de nada, debes entender que nuestro objetivo no será sudoración cero, sino sudoración normal. Que puedas sudar, como sudamos todos, pero sin que el sudor sea un problema que te condicione. ¿Cómo lo logramos? Bueno, tenemos diferentes opciones de tratamiento que valoraremos juntos:
- Antitranspirantes tópicos: en forma de cremas, roll-on, spray, polvos que generalmente contienen sales de aluminio. Para hipersudoraciones moderadas puedeser eficaz y suficiente, pero en casos más severos suele quedarse corto.
- Anticolinérgicos tópicos u orales: Puede ser una buena opción en hiperhidrosis generalizadas. El efecto secundario más frecuente es cierta sensación de sequedad de boca, pero no suele requerir la interrupción del tratamiento y se alivia bebiendo agua con más regularidad. Deberemos evitarla en pacientes con glaucoma o problemas de retención de orina.
- Iontoforesis: Se trata de un sistema de tratamiento que el paciente realiza en casa con un aparato específico que deberá comprar. Puede utilizarse en palmas, plantas y axilas. El paciente coloca las manos, los pies o una placa en las axilas y el aparato genera una corriente de iones. Estos iones producen un bloqueo mecánico de las glándulas de sudor y de esa manera logra disminuir la sudoración. El tratamiento requiere paciencia y constancia puesto que deben realizarse sesiones de 30 minutos, inicialmente a diario y luego 2-3 veces por semana de mantenimiento.
- Inyección de moduladores de la sudoración: El procedimiento es sencillo y rápido: inyectamos el producto con una aguja minúscula en las áreas a tratar: axilas, palmas, cuero cabelludo. Para que el tratamiento sea cómodo y prácticamente indoloro utilizamos un anestésico frío en spray y crema anestésica si hiciera falta. El modulador disminuye la comunicación del nervio con la glándula sudorípara y, por tanto, esta deja de emitir sudor. El efecto comienza a notarse en pocos días, es máximo durante 3-4 meses y posteriormente va disminuyendo. Generalmente aconsejamos repetirlo cada 6-12 meses, en función de la severidad de la hipersudoración y necesidades del paciente. En nuestra experiencia, es un tratamiento realmente útil y que a muchos pacientes les ha supuesto un cambio radical en su calidad de vida.
- Microondas: Se trata de un procedimiento que emplea microondas para destruir las glándulas de sudor y que, por tanto, cese de forma definitiva la sudoración, puesto que las glándulas no vuelven a regenerarse. Se emplea únicamente para axilas. En la clínica no disponemos de este tratamiento.
- Cirugía simpatectomía torácica: Antiguamente, cuando no disponíamos del Botox para tratar la hiperhidrosis, se recurría a la cirugía en casos extremos y realmente discapacitantes. Hoy en día, raramente recurrimos a la opción quirúrgica pues disponemos de otras alternativas eficaces, más sencillas y seguras. Se trata de una intervención quirúrgica que se realiza con anestesia general y en la que se realizan pequeños cortes en los nervios que salen de la columna vertebral y llevan los impulsos nerviosos a las glándulas de sudor. Al inhabilitar esos nervios las glándulas dejan de funcionar y se detiene la sudoración. Es eficaz en el 90% de los casos, pero tiene un efecto secundario frecuente que es la hipersudoración compensatoria, es decir, que aumenta la sudoración en otras partes del cuerpo, por ejemplo, la espalda.
En consulta después de valorar tu caso, juntos decidiremos cual es la mejor opción de tratamiento para lograr nuestro objetivo: que el sudor deje de arruinar tu día a día y puedas realizar con normalidad todas las actividades que te gusten y te propongas.
La piel es el órgano más extenso y expuesto que tenemos. Es nuestra primera capa o barrera de defensa, que se encuentra en contacto directo con el exterior y, por tanto, también con multitud de microorganismos. De hecho, la propia piel contiene millones de microorganismos, con los que convivimos y que tienen un efecto beneficioso. Es lo que llamamos microbiota. En contraposición a la microbiota, tenemos los microorganismos patógenos, que son aquellos que no son habitantes beneficiosos de nuestra piel y producen infección o inflamación a nivel cutáneo. De manera simplificada podemos establecer diferentes tipos de infecciones o parasitaciones:
- Infecciones bacterianas: Aunque hay multitud de bacterias que pueden producir infecciones en la piel, las dos más frecuentes son el Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. Son responsables de diversos cuadros como: impétigo, foliculitis, forúnculos, abscesos, celulitis y erisipela. El ectima gangrenoso está producido generalmente por la Pseudomona aeruginosa. A la hora de tratar estas infecciones bacterianas utilizamos antibióticos en crema y/o pastillas. En algunos casos es importante realizar un cultivo para ver qué bacteria es la responsable, drenar el pus y realizar curas de la lesión y siempre va a ser necesario mantener una correcta higiene y desinfección de la zona afecta.
- Infecciones por hongos: Técnicamente las llamamos micosis y las hay de 3 tipos: superficiales, profundas y sistémicas. Dentro de las superficiales, que son las más frecuentes, encontramos cuadros como la pitiriasis versicolor, que está producida por el hongo Malassezia. Clínicamente se observan manchas blanquecinas y rosadas-parduscas en tronco, asintomáticas, que tienden a reaparecer y no son contagiosas.
Otro de los tipos más frecuentes dentro de las infecciones por hongos son las dermatofitosis, que son producidas por hongos dermatofitos como el T. rubrum, el T. mentagrophytes o el M. canis. Dentro de este grupo encontramos:- Onicomicosis: Se trata de la infección de las uñas por hongos dermatofitos. La uña se engruesa, se despega y adquiere un color blanquecino-amarillento. Es fácil confundir la onicomicosis con uñas distróficas, que se producen por caminar, golpes, roces del zapato, pero no por hongos. Generalmente las uñas distróficas aparecen de forma bilateral y simétrica en ambos pies, mientras que los hongos afectan a una o varias uñas, pero no de forma bilateral y simétrica. Para tratar las onicomicosis podremos utilizar antifúngicos tópicos, orales o procedimientos de raspado y aplicación de lejía, que es una técnica casera y rudimentaria, pero muy eficaz e inocua.
- Tiña: Aunque las palabras “tiña” y “tiñoso” suenan antiguas y desagradables, no lo son y hacen referencia a un tipo de infección de la piel producida por hongos. Lo que ocurre es que antiguamente, cuando aún no existían antifúngicos con los que tratar este tipo de infecciones, las personas que se contagiaban de tiña no se curaban fácilmente, las lesiones crecían y se hacían muy evidentes, marcando negativamente a quienes lo sufrían. La tiña puede aparecer en el pelo, en la piel de la cara, del cuerpo, de las ingles, en las manos o en los pies. Cuando aparece en los pies lo denominamos pie de atleta y seguro que te suena porque es muy común, sobre todo en hombres deportistas. Hay ocasiones en las que es fácil diagnosticar una tiña únicamente viendo las lesiones, pero hay otras veces en las que, para llegar a un diagnóstico certero, tendremos que realizar un cultivo. Hoy en día la tiña tiene un rápido y eficaz manejo con fármacos antifúngicos, que los damos en crema o en pastillas, dependiendo de cada caso.
- Las candidiasis son infecciones producidas por el hongo Candida albicans. En realidad, se trata de un hongo que, por ejemplo, las mujeres pueden tener como parte de la flora vaginal, pero que en determinadas ocasiones sobrecrece y es entonces cuando produce problemas. Solemos ver candidiasis en la zona vaginal (donde normalmente las diagnostica y trata el ginecólogo), en la boca y en pliegues como la ingle o la zona de debajo del pecho. Hoy en día las controlamos fácilmente con antifúngicos tópicos y orales.
- Infecciones por micobacterias: Las micobacterias son los gérmenes causantes de enfermedades como la tuberculosis (que puede afectar a los pulmones, pero también a la piel y a otros órganos) y la lepra. También pueden causar infecciones en la piel en forma de abscesos, úlceras y celulitis. Para diagnosticar una infección por micobacterias necesitamos realizar un cultivo de las lesiones y para tratarlo y resolver la infección combinamos varios antibióticos orales, además de realizar curas, drenaje y desinfección de las heridas si se requiere.
- Infecciones por virus: Hay gran número de exantemas o erupciones que están producidas por virus. Algunas de ellas son fácilmente reconocibles y distinguibles y otras, en cambio, son más inespecíficas. Algunos de los cuadros víricos más típicos y diferenciados son: la varicela, el sarampión y la rubeola. Hoy en día, gracias a la vacunación prácticamente universal, vemos muchos menos casos de este tipo de exantemas virales, pero alguno se sigue viendo y es importante diagnosticarlo y manejarlo adecuadamente.
- El herpes zoster es otra de las enfermedades virales más importantes y está producido por el virus varicela zoster. ¿Por qué se llama así? Porque el mismo virus que produce la varicela, también produce el zoster. La primera vez que tenemos contacto con este virus nos contagiamos de varicela. El virus queda latente, dormido en los ganglios espinales y en algún momento de la vida puede reactivarse y producir el herpes zoster al que popularmente llamamos culebrilla. En la piel vemos aparecer pequeñas ampollitas siguiendo un trayecto en banda en una mitad del tronco o en la cara. Suele ir precedido y acompañado de ardor, hormigueo y dolor punzante. El diagnóstico suele ser visual y es importante que lo tratemos con antivirales en pastillas comenzando el tratamiento cuanto antes mejor, para parar la progresión del virus.
Dentro de la familia de los herpes se encuentra también el herpes simple, que es el responsable de las calenturas en los labios y del herpes genital. Este virus se contagia por contacto de piel con virus activo, por ejemplo, al besar a alguien que tenga una calentura o al mantener relaciones sexuales con una pareja que tenga un brote de herpes en ese momento. Una vez contagiados el herpes queda latente o dormido en las células de la piel y en momentos en los que las defensas bajan (por estrés, exposición intensa al sol, gripe, catarros…) reaparecen las lesiones en forma de pequeñas vesículas que se rompen dejando costras. A pesar de que es frecuente el uso de cremas con antivirales (aciclovir en crema, por ejemplo), no han demostrado ser eficaces en el herpes simple. Lo único eficaz en estos casos es el antiviral en pastillas y debemos iniciar el tratamiento cuanto antes, para cortar la replicación del virus y que disminuyan rápidamente las lesiones y las molestias que las acompañan. - Parásitos en la piel: La piel también puede verse afecta por habitantes indeseables que producen afecciones como la sarna, los piojos, las ladillas o la demodecidosis.
- La sarna o escabiosis también suena a enfermedad de la Edad Media, pero no, hoy en día vemos sarna, y no poca. Está producida por un ácaro microscópico que no es posible ver a simple vista, el Sarcoptes scabiei. Lo más característico de la sarna es que pica muchísimo, especialmente por la noche. ¿Conoces el dicho “Sarna con gusto no pica”? Precisamente hace referencia a ese aspecto, el picor. En la piel vemos pequeñas erupciones e irritaciones muy habitualmente en cara interna de muñecas, entre los dedos de las manos, en las areolas mamarias, o en el escroto en hombres. A medida que va pasando el tiempo la erupción puede extenderse a extremidades y tronco. La sarna se contagia por contacto directo e íntimo con personas que tengan el ácaro o a través de ropa, toallas, sábanas, etc. Es bastante habitual que una vez que alguien tenga sarna, se lo contagie al resto de personas que convivan juntas. Por ello cuando realicemos el tratamiento es importante que lo realicen todas las personas de la casa, incluso aunque no tengan picor, ni lesiones en la piel. ¿Cómo tratamos la sarna? Utilizamos cremas y pastillas con medicación antiparásitos. Además, indicamos cómo lavar toda la ropa, sábanas y toallas empleadas para acabar con las posibilidades de que el ácaro sobreviva. Hay que saber que la sarna, aunque es latosa y molesta, no es una enfermedad grave y una vez acabemos con el ácaro, habremos resuelto el problema.
- Los piojos son los parásitos de piel más habituales y conocidos, especialmente frecuentes en niños. Os hablamos de ellos de forma más extensa en el apartado “Niños y piel”
- Las ladillas son parásitos similares a los piojos, pero que aparecen en el pelo corporal (pubis, axilas, vello corporal, incluso pestañas). Se contagian por contacto con personas que las tengan. Se ven bien a simple vista, no son peligrosas y se eliminan fácilmente con cremas anti-parásitos o rasurando el vello.
- Por último, la demodecidosis es una dermatitis que aparece en la cara, causada por el ácaro Demodex folliculorum. Este ácaro microsópico vive de forma normal en la piel, pero cuando sobrecrece produce problemas: erupción, descamación y piel sensible. Es habitual que el ácaro sobrecrezca tras el uso prolongado de cremas con corticoide o inhibidores de calcineurina y también puede hacerlo en pieles grasas asociado a cuadros de rosácea. Tiene tratamiento efectivo con antiparasitarios tópicos u orales.
La Dra. Alba Sánchez es la dermatóloga dentro del equipo responsable de la Unidad de Dermatología pediátrica y del adolescente
Las patologías y condiciones que más frecuentemente atendemos en niños y adolescentes son:
Dermatitis Atópica
La dermatitis atópica es una de las alteraciones de la piel más comunes en la población infantil (15-20%).
Es crónica, cursa en brotes y clínicamente se manifiesta como placas rojas, descamadas que producen intenso picor. La distribución y el tipo de lesiones van cambiando en función de la edad: lactante, infancia y adulto.
Se relaciona con un estado de sensibilidad exagerada frente a diversos agestes externos, es decir, el sistema inmunológico reacciona de forma excesiva a ciertos factores externos que detecta como agresivos.
Si alguien es atópico significa que tiene atopia, aunque no obligatoriamente tiene que tener dermatitis atópica. La atopia se puede manifestar a nivel de la piel, en forma de dermatitis atópica; a nivel respiratorio, en forma asma bronquial y si lo hace a nivel ocular o nasal aparecerán la conjuntivitis y rinitis alérgicas.
La dermatitis atópica no es en sí misma una alergia, pero sí las personas atópicas tienen mayor predisposición a desarrollar alergias a alimentos, polen, ácaros, epitelio de animales, etc. Y eso es debido a eses excesivo y alterado funcionamiento de su sistema inmune.
Es una enfermedad multifactorial, es decir, no tiene una única causa:
- Alteración de la función barrera de la piel
- Predisposición genética
- Desequilibrio inmunológico
- Alteración de la flora cutánea
- Factores desencadenantes: infecciones, estrés, sequedad ambiental…
Una vez entendido qué es la dermatitis atópica y qué la causa, llegamos a un punto fundamental: cómo tratarla. A día de hoy no podemos curarla de forma definitiva, pero sí podéis aprender a manejarla y controlarla, aliviando los síntomas y evitando o disminuyendo los futuros brotes, y así controlar la enfermedad a largo plazo.
Por todo esto es importante informar bien al paciente, para que seáis vosotros mismos los que podáis controlar vuestra dermatitis atópica, siguiendo los tratamientos y recomendaciones adecuadas.
En la fase activa o de brote, utilizamos fundamentalmente corticoides en crema. El uso de corticoides en crema es muy seguro y sin apenas efectos secundarios si se utiliza de forma correcta. En consulta os diremos cuál utilizar en cada caso y su pauta de administración. También utilizamos antihistamínicos orales para controlar el picor.
Dependiendo de la severidad del brote, tenemos otros tratamientos sistémicos para la dermatitis atópica.
Una vez controlado el brote, entramos en la fase de mantenimiento dónde es fundamental aplicar unos cuidados y hábitos de vida adecuados para favorecer el buen control de la dermatitis atópica:
- Humedad ambiental media-alta
- Ducha diaria con agua tibia (33ºC), lo más corto posible, con geles de ducha específicos para pieles atópicas.
- Ropa amplia, de algodón.
- Aplicar diariamente crema hidratante.
- Evitar estrés, aunque sé que muchas veces es difícil!
Cuidados de la piel del recién nacido
La piel de tu bebé tiene unas características que la diferencian de la de los adultos, por lo que requiere unos cuidados especiales. Es más delgada, tiene menos pelo, produce menos sudor, su pH es neutro y su función barrera no está completamente desarrollada.
- Higiene de la piel: el baño diario puede realizarse desde el nacimiento, de forma breve, con agua templada, y con una pequeña cantidad de jabón neutro. Después debemos secar bien toda la superficie corporal, prestando mayor atención a los pliegues, dónde, por la humedad, es más frecuente las infecciones por bacterias y hongos.
- Hidratación: aplica siempre después del baño cremas hidratantes con alto contenido en grasa, sin perfumes.
- Cuidados del ombligo: es suficiente con mantener la zona limpia y seca. No es necesario el uso de antisépticos, pero en caso de serlo, se recomienda la clorhexidina al 0.5% en solución.
- Cuidados del área del pañal: mantén la zona limpia y seca, realizando cambios frecuentes de pañal y aplica después una crema protectora que aísle la piel del contacto con el pañal, como las pastas al agua con óxido de zinc.
Exantemas Virales
Un exantema es una erupción de color rojo en la piel que puede ser debido a múltiples causas (virus, bacterias, fármacos, enfermedades reumatológicas…)
En el caso de los niños, la causa más frecuente son los virus y casi siempre va acompañado o precedido por fiebre. Algunos exantemas víricos son tan característicos que se llega a un diagnóstico claro. En otras ocasiones esto no es así y no es posible poner nombre en concreto al virus y la enfermedad; esto no debe preocuparos, lo importante es descartar otros procesos más graves.
Algunos de los exantemas virales más frecuentes en los niños son:
- Sarampión: puede prevenirse con la vacuna triple vírica. Se caracteriza por manchas de color rojo intenso que comienzan en la cara, y se extienden hacia tronco y extremidades. Se acompaña de fiebre alta, conjuntivitis y afectación del estado general.
- Rubéola: también se previene con la vacuna triple vírica. Son lesiones redondeadas rosadas en la cara que se generalizan posteriormente. La fiebre no es tan alta y hay poca afectación general y además se acompaña de inflamación de ganglios.
- Varicela: también tenemos vacuna incluida en el calendario. Las lesiones comienzan en la cara y cuero cabelludo en forma de pequeñas burbujitas que se rompen y dan lugar a una costra, extendiéndose al tronco. Se acompañas de picor y fiebre.
- Enfermedad boca- mano – pie: producido por el virus Coxsackie A. Afecta a la mucosa oral, manos, pies y nalgas, y se acompaña de fiebre poco elevado y catarro leve.
- Megaloeritema o eritema infeccioso: producido por el parvovirus B19. Se trata de un enrojecimiento de las mejillas, que posteriormente afecta a las extremidades y tronco. La fiebre no es alta y los síntomas generales son leves. Afecta sobretodo a niños en edad escolar.
- Exantema súbito o roséola infantil: producido por el virus herpes 6. Comienza por fiebre alta durante 2-4 días y después aparece el exantema en forma de manchas rosadas de pequeño tamaño. Afecta a niños menores de 2 años.
- Adenovirus: más frecuente en invierno y primavera en niños de 6 meses a 4 años. El exantema se acompaña de fiebre, faringitis, tos y conjuntivitis.
¿Qué hay que vigilar en un niño con exantema?
- Su estado general,
- Su comportamiento (somnoliento, irritable…),
- Si salen manchas de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen tras hacer presión en la piel, debemos acudir a urgencias.
Heridas
Los niños se caen constantemente… Jugar, correr, van de la mano de heridas y chichones.
Si tenemos una herida leve, por ejemplo, un pequeño corte o erosión superficial, ¿qué debemos hacer?
- Mantén la calma, sólo así tomaremos decisiones acertadas.
- Lava bien las manos y prepara todo lo que puedas necesitar.
- Lava la herida con agua y jabón. Retira con una gasa de forma suave los restos que pueda contener (no utilices algodón ya que se queda pegado a la herida). Si es necesario, utiliza unas pinzas limpias y desinfectadas con un atiséptico.
- Seca con una gasa y aplica un antiséptico como clorhexidina o povidona iodada.
- Termina cubriendo la herida con un apósito autoadhesivo estéril o, si es necesario, un vendaje comprimiendo la zona de sangrado.
- Mantén la zona el alto para que el sangrado cese.
- Cada 24 horas retira el apósito, limpia y desinfecta la herida. Vigila si la herida duele, está inflamada, roja o caliente, o hay fiebre. En estos casos se debe acudir a un profesional sanitario.
Si la herida es grave, grande o profunda, o sangra mucho deberás acudir a un centro sanitario para poder valorarla y tratarla.
En España más de un millón de personas tienen psoriasis, así que es muy probable que tú mismo o alguien a tu alrededor la padezca.
La psoriasis puede afectar a muchos ámbitos de la vida de la persona que lo sufre: físico, psicológico y emocional, social y laboral. Esta afectación suele ser mayor en personas con una psoriasis moderada-grave que en las personas con una psoriasis leve, pero la gravedad no es el único factor a tener en cuenta, puesto que también influyen otros como: localización de las lesiones, edad, personalidad, profesión, etc.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria que afecta a la piel y en algunas ocasiones a las articulaciones. Es una patología crónica que cursa en brotes, es decir, con periodos en los que aparecen o empeoran las lesiones y los síntomas asociados, y otros periodos en los que éstas remiten o mejoran. Se trata de una afección con un amplio rango de severidad, desde casos leves a moderados y severos. Es importante recalcar que la psoriasis no es contagiosa y, por tanto, las personas que la sufren no la transmiten a otras con las que tengan contacto.
La psoriasis suele verse en la piel en forma de placas de tamaño variable, rojas y con escamas blanquecinas en la superficie. Puede afectar también a las uñas de manos y pies apareciendo engrosamiento, despegamiento de la parte final, manchas amarillentas, pequeños hoyuelos, entre otros. Si afecta a las articulaciones, es lo que se denomina artritis psoriásica, aparecerá inflamación y dolor de una o varias articulaciones (muy típicamente las articulaciones de los dedos), dolor en el talón o aparición de inflamación en un dedo (que adquiere el aspecto de una salchicha).
¿Cuál es la causa de la psoriasis? Desde un punto de vista fisiológico la psoriasis consiste en la proliferación anormal de las células de la piel. En una situación normal la piel se regenera en unos 30 días, pero en la psoriasis lo hace en tan solo 4 días. Esto conlleva que las células cutáneas se acumulen y formen las placas con escamas características de la enfermedad.
La psoriasis se produce, en realidad, por una combinación de factores genéticos y ambientales. Existe un componente genético que predispone a padecer psoriasis y se estima que en torno a un tercio de los pacientes afectados tienen familiares directos con psoriasis. Además, hay factores desencadenantes o precipitantes que hacen que en un momento dado aparezca el brote: estrés, alcohol, obesidad, ciertos medicamentos, infecciones, cambios hormonales…
Una vez entendido esto, llegamos a la parte que más os interesa: ¿cómo tratamos lapsoriasis? Cada persona con psoriasis tiene particularidades que tenemos en cuenta a la hora de elegir un tratamiento u otro: gravedad y tipo de psoriasis, localización de las lesiones, otras enfermedades concomitantes, sexo, edad, profesión, estilo de vida, grado de afectación psicológica, repercusión en la calidad de vida, preferencias personales… Hay tratamientos que funcionan en algunos pacientes, pero no sirven o incluso van mal en otros. Por ese motivo, el tratamiento ha de ser personalizado y adaptado a ti y tus necesidades. En Clínica Eguren valoraremos juntos las diferentes opciones y decidiremos la terapia más adecuada.
Y ¿qué opciones terapéuticas existen en este momento? Los podemos dividir básicamente en cuatro grandes grupos:
- Tratamientos tópicos: son cremas, pomadas, lociones, espumas o champús que contienen diversos principios activos (corticoides, derivados de la vitamina D, retinoides, inhibidores de calcineurina) que se aplican sobre las zonas afectas. Suelen ser tratamientos adecuados para casos leves o con lesiones localizadas.
- Fototerapia: terapia con luz ultravioleta de tipo A o B (UVA o UVB) que se emiten en cabinas bajo supervisión médica. Una versión natural de la fototerapia consiste en tomar el sol de forma controlada.
- Tratamientos sistémicos (ciclosporina, metotrexato, acitretino, fumaratos): son tratamientos en pastillas o inyecciones que actúan en el organismo de manera global. Son más efectivos que los tratamientos tópicos, pero también pueden tener más efectos secundarios que habrá que tener en cuenta y controlar adecuadamente.
- Tratamientos biológicos y pequeñas moléculas: esta es la última generación de tratamientos para la psoriasis. Son los más efectivos y están indicados para los casos moderados o graves que no hayan respondido o hayan tenido efectos secundarios con los tratamientos previos. Son fármacos muy caros que se obtienen en la farmacia del hospital bajo prescripción médica. Casi todos estos fármacos biológicos se administran con inyección en jeringa o pluma (similar a la insulina).
Sabemos lo molesta que esta enfermedad puede llegar a ser. Por ello queremos escuchar tu caso y juntas decidir la mejor opción para intentar controlar la psoriasis y que ello repercuta positivamente en tu calidad de vida.
Revisar regularmente tus lunares es la mejor forma de diagnosticar precozmente un nevus atípico, un melanoma u otro tipo de cáncer de piel
En consulta podemos hacer un control fotográfico de las lesiones y si vemos alguna sospechosa, la extirpamos y analizamos cuanto antes.
Por tanto, viene bien que todo el mundo, al menos una vez, se haga una revisión general de los lunares. Además, hay lunares sospechosos que deberían consultarse siempre y cuanto antes mejor. ¿Cómo detectar esos lunares sospechosos? ¿Qué te tiene que llamar la atención? ¿Cuáles son las señales de alarma?
Señales de alarma: Para saber si un lunar puede ser sospechoso o no recomendamos una regla sencilla y que todo el mundo puede aplicar: la regla del ABCDE.
A: asimetría (una mitad del lunar es diferente a la otra mitad)
B: bordes irregulares (desiguales o mal definidos)
C: color irregular (no uniforme, que puede incluir sombras color marrón o negras, o algunas veces con manchas rosadas, rojas, azules o blancas)
D: diámetro mayor de 6mm
E: evolución cambiante (el tamaño, la forma o el color del lunar están cambiando)
Si ves un lunar que cumpla estas características de la regla ABCDE es recomendable que la valoremos en consulta para salir de dudas. Ahora bien, seguro que si te echas un vistazo rápido ves uno o varios lunares que cumplen alguna de estas características. ¡¡¡Tranquila, no tienen por qué ser melanomas!!! Se trata de una regla general para que detectes lesiones susceptibles de ser revisadas, ya en consulta determinaremos si verdaderamente tienen relevancia o no. Muchas veces un lunar cumple una de estas características y no tiene por qué ser malo. Además, esta regla se aplica para los nevus melanocíticos y no para las queratosis seborreicas, por ejemplo. ¡Pero es muy complicado que tú puedas diferenciar entre un nevus y una queratosis seborreica! Por eso, ante la duda, primero tranquila y segundo vente a consulta para que podamos valorarlo.
Otros signos de alarma que pueden ser útiles: el picor y el patito feo. Un lunar que pica puede hacerlo simplemente por roce, pero es un signo que debería alertarte para consultar, pues en ocasiones esconde una lesión maligna. El signo del patito feo hace referencia a la presencia o aparición de un lunar diferente al resto porque sea más negro, más rojo, más grande o cualquier aspecto que simplemente le haga diferente a los demás.
En resumen, si nunca te has revisado los lunares, te recomendamos que lo hagas al menos una vez. A partir de ahí estableceremos el ritmo necesario de revisión (cada 6 meses, una vez al año o cada 2-5 años, depende de cada persona, los lunares que tenga y sus antecedentes). Si al observarte ves lunares con las características de la regla ABCDE, que pican o es diferente al resto, tienes aún más razones para no demorar esa visita. Ya sabes, más vale prevenir que lamentar.
Si quieres más información sobre el cáncer de piel, vente a nuestra sección específica sobre este tema.
¿Sabes que estás llamando “verrugas” a cosas que realmente no son verrugas?
Vamos a aclarar esto. Las verdaderas verrugas son lesiones producidas por el virus del papiloma humano (VPH). Existe cierta confusión al respecto porque popularmente se utiliza el término “verruga” para llamar a diferentes lesiones que aparecen en la piel que en realidad no son verdaderamente verrugas producidas por este virus.
¿Qué son y cómo vemos las verrugas?
Las verdaderas verrugas son proliferaciones benignas de la piel, de origen infeccioso y que es conveniente tratar para que no se extiendan o se contagien a otras personas. Clínicamente suelen verse como manchas o bultos en la piel que con el tiempo pueden ir aumentando en número y tamaño. Por lo general, son lesiones pequeñas, de hasta 1cm de diámetro. Suelen ser planas cuando aparecen en palmas o plantas. En otras áreas corporales donde no hay presión suelen verse como bultos carnosos, ásperos y del color de la piel, rosados, oscuros o blancos. Si observamos con más detalle o al rasparlas, suelen verse unos puntos negros en la superficie. Estos puntos son muy característicos y aparecen por los vasos trombosados de la lesión.
¿Dónde y por qué aparecen las verrugas?
Pueden aparecer en cualquier parte de la superficie cutánea, incluido la boca y los genitales. Cuando aparecen en la zona genital solemos llamarlas verrugas genitales o condilomas acuminados. Cuando aparecen en palmas o plantas solemos utilizar el término de papiloma. Las verrugas son generalmente indoloras excepto en las plantas donde, por el apoyo, sí pueden resultar molestas.
Las verrugas son más frecuentes en niños o adolescentes aunque los adultos no quedan exentos de estar afectos. Como hemos dicho anteriormente, están producidas por el VPH. Probablemente, todos a lo largo de nuestra vida entramos en contacto con el virus, pero sólo cuando nuestro sistema inmunitario no es capaz de controlarlo adecuadamente es cuando aparece la lesión. Lo mismo ocurre con las verrugas genitales. En este caso el contacto con el virus se establece a través de relaciones sexuales y, por tanto, suelen aparecer en adultos.
¿Cómo podemos eliminar las verrugas?
Las verrugas pueden llegar a resolverse solas con el paso del tiempo, pero también pueden extenderse y habrá más riesgo de contagio a otras personas, sobre todo con las que convivimos. Por ello, aunque en algunas ocasiones observar y esperar a que desaparezcan por sí solas es una opción válida, generalmente decidimos tratarlas. Además, la presencia de verrugas es normal que te genere inquietud y malestar, especialmente si aparecen a nivel genital, y que desees eliminarlas de la manera más rápida y eficaz posible.
Hasta el momento no sabemos eliminar el virus que lo causa así que lo que hacemos para tratar las verrugas es destruir o quemar el lugar donde el virus asienta. Existen varios tratamientos disponibles y la elección de uno u otro dependerá de factores como: el número, el tamaño y la localización de las lesiones, la edad y preferencias del paciente.
- Crioterapia. Se realiza en consulta médica y consiste en la aplicación de nitrógeno líquido sobre las verrugas, las cuales se congelan. La rápida congelación, primero, y la posterior descongelación provocan en las células de la lesión daños que causan su destrucción. A pesar de que se trata de un procedimiento algo doloroso, dura apenas un minuto y puede eliminar la verruga de forma eficaz en el plazo de dos semanas. En las horas y días siguientes a la aplicación, la zona tratada se enrojece, se inflama e incluso puede aparecer una ampolla. La crioterapia es el método más empleado en el tratamiento del papiloma por su fácil acceso en la consulta dermatológica y porque se trata de un tratamiento rápido, limpio y generalmente eficaz.
- Electrocoagulación. Se realiza una quemadura sobre la lesión, pero en esta ocasión se emplea una pequeña corriente eléctrica. Para que resulte lo menos molesto posible, normalmente inyectamos anestesia antes del procedimiento. Esta técnica es especialmente útil en verrugas genitales o verrugas que sobresalen.
- Inyección de ciertos fármacos. En casos rebeldes o resistentes a otros tratamientos la inyección de quimioestáticos puede ser una buena opción. Para aliviar la molestia lo hacemos con un spray anestésico. Los días posteriores al procedimiento la verruga y la piel de alrededor suele ponerse negra hasta resolverse y desaparecer por completo.
- Tratamiento tópico en casa. En este caso el paciente se aplica en casa ciertos productos antiverrugas que ayudarán en el proceso de eliminación de la verruga. Generalmente solemos combinarlo con alguno de los tratamientos que realizamos en consulta, porque así aumentan las posibilidades de curación de la verruga.
¿Qué son las falsas verrugas y cómo puedes deshacerte de ellas?
Las “falsas verrugas” suelen ser lesiones abultadas en la piel como acrocordones, nevus melanocíticos intradérmicos o queratosis seborreicas. Popularmente todo el mundo les llama verrugas, pero no están producidas por el virus del papiloma humano y técnicamente no lo son. Además, precisamente por eso no son contagiosas.
Los acrocordones o fibromas son como pequeños saquitos de piel que aparecen por el roce en cuello, axilas, ingles o párpados. Los nevus melanocíticos intradérmicos son lunares que con el tiempo maduran, se abultan e incluso les sale un pelo. Las queratosis seborreicas son como “verugas” de color marrón que van apareciendo con la edad sobre todo en el tronco. Son muy frecuente, de hecho, todo el mundo a partir de cierta edad tendrá alguna. Solemos decir que son como las canas de la piel.
Desde el punto de vista médico todas estas lesiones son totalmente benignas, pero si te resultan molestas o antiestéticas, las podemos eliminar fácilmente. Generalmente lo hacemos mediante elecrocoagulación, que es una técnica sencilla, precisa y que permite que entres a la consulta con las “verrugas” y salgas de allí sin ellas.