La Dra. Cristina Eguren, fundadora y directora médica de Clínica Eguren, siempre dice que:
“las cicatrices de acné son el fracaso del tratamiento a tiempo”.
Aunque pueda sonar un poco fatalista, no lo es en absoluto. Este es un aviso a navegantes. El objetivo número uno ante un caso de acné es iniciar el tratamiento lo antes posible. Primero, porque si lo dejamos pasar y esperamos a estar en un estadio mucho más avanzado, tendremos que librar una batalla mucho más dura contra el acné y en segundo lugar, porque un tratamiento tardío va asociado a una mayor cantidad de cicatrices. Estas secuelas físicas afectan a un 95% de los pacientes que sufren acné.
Aun con todo, no caigamos en la desesperación. Si las cicatrices ya han hecho acto de presencia, debes saber que tenemos herramientas eficaces para tratar de mitigarlas. El éxito dependerá del tipo de marca, de su profundidad y pigmentación. Pero como siempre decimos, antes de optar por una u otra solución, una tiene que analizar bien el problema. Y problema aquí se traduce en…
Tipos de cicatrices, clasificación y características
- Cicatrices Hipertróficas: Son aquellas que forman tejido extra y por lo tanto presentan un aspecto abultado o sobre elevado. Suelen aparecer tras acnés muy inflamatorios y son más frecuentes en la zona del escote y espalda.
- Cicatrices Atróficas: Son aquellas que presentan hundimiento o pérdida de tejido. Dentro de este grupo hay tres subtipos más. ¡Veamos cuáles son de más frecuentes a menos!
- Cicatrices Atróficas tipo Ice-Pick: Son las más frecuentes, representan hasta el 60 % de las cicatrices Atróficas. Se reconocen porque son estrechas y profundas, en forma de V.
- Cicatrices Atróficas tipo Boxcar: Representan hasta el 25% de las cicatrices Atróficas y son más anchas y de profundidad variable, con forma de cubo.
- Cicatrices Atróficas tipo Rolling: Son las menos, suponen aproximadamente el 15% de las cicatrices Atróficas. Son las más anchas pero superficiales y de bordes suaves lo cual hace que generen sombras inestéticas que alteran la textura de la cara.
¿Cómo podemos prevenir las cicatrices de acné?
Para prevenir las secuelas del acné será esencial el correcto diagnóstico por parte del dermatólogo. Es muy común, mucho más de lo que cabe esperar, encontrarnos en consulta a pacientes que han acudido al especialista de la piel tras una romería por farmacias, centros de estética y mostradores de secciones de perfumería y cosméticos. Algunas incluso han confiado en el criterio de amigos y familiares antes de ponerse en manos del dermatólogo. Conclusión, hemos perdido un tiempo valiosísimo de tratamiento médico eficaz y testado.
Un manejo adecuado en estadios tempranos evitará en gran medida la aparición de lesiones inflamatorias y reducirá por tanto de manera significativa el riesgo de cicatrices.
Es probable que, en un primer momento, si lo cogemos a tiempo y el acné no es muy severo y está poco extendido, podamos valernos únicamente de productos tópicos. Incorporar una correcta rutina de limpieza diaria y tratamiento adaptado al estado de tu piel, es una herramienta muy poderosa. Esa pauta debe ser repetida como un mantra. Por eso decimos que la constancia es una de las claves del éxito del tratamiento del acné.
Otro factor a tener en cuenta es la tan frecuente manipulación de las lesiones. Por más que lo oímos, puede llegar a ser muy tentador meterle mano a ese grano tan molesto que ha surgido cuan seta en mitad del rostro. Sí, lo sabemos, pero cada lesión que es manipulada corre el riesgo de sobre infectarse, producir una lesión aún mayor y dejar marca.
Cuando caemos en la tentación y tocamos lo que no hay que tocar, compramos papeletas para desarrollar un acné excoriado, en el que las cicatrices atróficas están aseguradas.
¿Pero qué ocurre si no llegamos a tiempo y ya presentamos cicatrices de acné? ¿Existen tratamientos realmente efectivos?
Tenemos buenas noticias. Sí, existen y son múltiples y variados. Con ellos podemos tratar tanto las cicatrices atróficas como las hipertróficas. Vamos a ver en qué consisten y cuál es su grado de efectividad.
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Tópicos:
- Retinol: El uso de retinol a concentraciones adecuadas mejorará la calidad de la piel y la apariencia de las cicatrices, al transformar la epidermis y estimular la producción de colágeno y elastina en dermis. La textura de la piel se verá más homogénea y uniforme, mejorando la atrofia y el eritema de las cicatrices.
- Alfa y beta-hidroxiácidos: Los más empleados son el ácido glicólico (AHA) y el ácido salicilico (BHA). Ambos producen una exfoliación química de las capas más superficiales de la piel, en concreto la capa córnea. Con su uso la piel se verá más luminosa, lisa y homogénea, reduciendo así la apariencia de las cicatrices.
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Isotretinoína:
En pacientes en los que esté indicado el tratamiento con isotretinoína oral, no solo mejorará el acné, sino que atenuará las cicatrices ya formadas.
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Láser:
- Ablativos: Los láseres ablativos como el CO2, producen una notable mejoría en las cicatrices atróficas de acné. La realización de microcolumnas de ablación estimulará la cascada inflamatoria y posterior reparación cutánea con un incremento en la producción de colágeno y elastina. Además, a través de estos canales se pueden aplicar fármacos como corticoides tópicos en el tratamiento de cicatrices hipertróficas, lo que se conoce como vehiculización de fármacos asistida por láser.
Aunque este tipo de láser requiere un tiempo de recuperación mayor a otros no ablativos, sus efectos en el tratamiento de cicatrices son mayores.
- No ablativos: los láseres no ablativos producen microcolumnas de calor, sin llegar a alterar o dañar la epidermis. Estas zonas de coagulación estimularán la reparación cutánea a través de la producción de colágeno y elastina. Aunque sus efectos no son tan notables como los láseres ablativos y habitualmente requieren más sesiones, su principal ventaja radica en un mínimo tiempo de recuperación post-procedimiento.
- IPL, láser vascular: La luz intensa pulsada (IPL) y los láseres vasculares como el láser de colorante pulsado ayudarán a mejorar aquellas cicatrices de acné eritematosas. Teniendo como pigmento diana el color rojo de la hemoglobina, provocarán una coagulación y posterior desaparición de la microvascularización subyacente a estas cicatrices, ya sean atróficas o hipertróficas.
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Rellenos:
- Ácido hialurónico: La inyección de ácido hialurónico reticulado es especialmente útil en el manejo de cicatrices atróficas. A través de la inyección de una pequeña cantidad de ácido hialurónico bajo la cicatriz conseguiremos elevar la misma mejorando así su apariencia, con resultados que habitualmente duran uno o dos años.
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Procedimientos:
- Subcisión: Se trata de un procedimiento indicado en cicatrices atróficas, especialmente las tipo Boxcar. Tras aplicar anestesia local, se introduce una aguja o cánula en la periferia de la cicatriz con la que realizaremos movimientos horizontales bajo la misma, seccionando así los tractos fibrosos que provocan la retracción y depresión de la cicatriz.
- Peeling químicos: Existen numerosos peeling en la cosmética médica actual, como ácido glicólico, ácido cítrico, ácido salicílico, ácido tricloroacético o ácido láctico se encuentran entre los componentes de los principales peeling utilizados en el tratamiento del acné y sus secuelas. Dependiendo del grado de penetración en la piel se clasifican en peeling superficiales, medios o profundos, consiguiendo así diferentes grados de mejora en las cicatrices de acné.
- Microneedling: La técnica del microneedling se basa en la creación de microcanales en la piel utilizando distintos dispositivos. La formación de estos microcanales de hasta 1,5 mm de profundidad ayudará a la creación de colágeno y elastina, además de mejorar la penetración de los activos que se apliquen durante el procedimiento potenciando su acción.
Trata tu acné cuanto antes
No estamos hablando solo de acné adulto, sino también del acné vulgar o del adolescente. Este punto no está carente de cierta controversia. Existen opiniones muy variadas acerca de la idoneidad de pautar tratamiento en casos de adolescentes. Es cierto que el acné durante la pubertad es de tipo fisiológico. Todos en mayor o menor medida pasamos por él porque en esa etapa de la vida hay una explosión hormonal que lo pone todo patas arriba. Pero hay casos y casos. Si el acné es leve y entra dentro de lo normal, con incorporar una rutina cosmética sencilla y efectiva sería suficiente.
Pero, ¿Qué ocurre cuando un adolescente presenta un acné severo y muy extendido?. En nuestra opinión hay que intervenir y cuanto antes mejor. El acné no es solo una cuestión clínica, también debe tenerse en cuenta su gran afectación en el ánimo y la autoestima.
Entender el problema desde una perspectiva humana y acompañar al adolescente, puede suponer la diferencia entre un acné naturalizado o un acné traumático.
No dejes pasar tu acné o el de tu hijo. La incorporación de un tratamiento precoz es, como ves, fundamental para evitar las dichosas cicatrices. Y si ya las tienes, ponte en manos del especialista que más sabe de la piel para desplegar todo el arsenal de terapias de las que disponemos y para poder combinarlas de la forma más efectiva. Tu objetivo es el nuestro. ¿Nos ponemos a ello?