La dermatología ginecológica es probablemente el área de la “derma” más desconocida para los pacientes. En este artículo me propongo dárosla a conocer y disipar las dudas que sobre ella puedan surgir.
Es fácil deducir que se ocupa de cualquier patología, anomalía o síntoma del área genital femenina. En concreto, hace referencia a las enfermedades que se localizan a nivel de la vulva.
El término vulva deriva del latín vulva, cuyo significado es “envoltura”. Comprende el conjunto de los genitales externos de la mujer; es decir, la parte visible del área genital y aparato reproductor femenino.
La piel y la mucosa de la vulva pertenecen al ámbito de la especialidad de la dermatología, de la misma forma que lo hacen el pelo, las uñas, las mucosas y la piel de otras localizaciones.
Los genitales externos femeninos son una zona anatómica compleja, con multitud de variaciones entre mujeres (coloración, tamaño). Existen múltiples factores que modifican su aspecto como pueden ser la edad, la raza, el estado hormonal, la fricción/humedad/oclusión…
El conocimiento de su anatomía y de sus variantes fisiológicas (es decir, variantes de la normalidad y que, por tanto, no implican enfermedad) permite resolver muchas dudas y consultas generadas, muchas veces incluso, por personal sanitario no conocedor de la vulva.
Se ve afectada por patologías, cuyas manifestaciones varían, y mucho, según los factores antes descritos y que se caracterizan por presentarse con una sintomatología muy variable e inespecífica, lo que dificulta su diagnóstico y abordaje, especialmente en manos inexpertas.
A toda esta complejidad, hay que sumarle la barrera social y cultural que todavía, hoy en día, existe para consultar y mostrar esta área tan propia de una mujer.
Estas enfermedades dermatológicas pueden afectar a la vulva como parte de un problema generalizado o bien como un proceso exclusivo de esta localización. Así, son múltiples las afecciones que pueden manifestarse en el área genital externa femenina:
- Inflamatorias
- Infecciosas
- Funcionales
- E incluso tumorales
Son frecuentes también las consultas derivadas de cambios hormonales (sequedad, atrofia…) como alteraciones debidas a tratamientos como terapias hormonales antiestrogénicas o problemas oncológicos (tras tratamiento con quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia).
Patologías inflamatorias como el eccema y la psoriasis también pueden manifestarse a nivel vulvar. El liquen plano, generalmente en su forma erosiva y el liquen escleroso son dos patologías muy frecuentes dentro de la dermatología ginecológica. Ambas enfermedades, además de un diagnóstico adecuado, precisan de un tratamiento y seguimiento exhaustivo a largo plazo, dado que, la inflamación crónica, mantenida a lo largo del tiempo, tiene un riesgo, aunque bajo, de degeneración maligna y de evolución a patología tumoral vulvar.
Dentro del grupo de las enfermedades infecciosas, se encuentran las infecciones de transmisión sexual (ITS).
El estudio de las ITS forma parte de la especialidad de dermatología. De hecho, el nombre completo de la especialidad es dermatología médico-quirúrgica y venereología, entendiéndose por venereología la subespecialidad que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las ITS.
Se incluye dentro nuestra especialidad por la gran cantidad de manifestaciones cutáneas y mucosas que tienen este tipo de infecciones; de forma que, en el caso de la mujer, las ITS también se engloban en el campo de la dermatología ginecológica.
No obstante, no toda infección a nivel vulvar tiene que tener como mecanismo de transmisión el contacto sexual; por ello, es necesario un correcto diagnóstico del cuadro para una adecuada comprensión y explicación a la paciente.
El picor y el escozor están presentes en más del 90% de las ocasiones; las molestias al orinar y con las relaciones sexuales van de la mano junto con los anteriores. Son muchas las pacientes que consultan por esta sintomatología y en las que ni siquiera se realiza una historia clínica detallada (tiempo de evolución, antecedentes familiares, tratamientos realizados…) ni una exploración física minuciosa. De esta forma, se llega a conclusiones erróneas (“serán hongos”, “será por lavarte en exceso”, “será por irritación”, “será por estrés”…) y se pautan múltiples tratamientos inadecuados que no permiten poner remedio ni ayudar a la mujer que consulta.
El no pararse a valorar los síntomas y las alteraciones vulvares de forma detenida y adecuada, implica que las pacientes tardan meses, incluso años, en poner remedio a su problema y a sus molestias; de esta forma, el proceso diagnóstico y terapéutico de estas entidades se convierte en un “viaje” largo, tortuoso y desesperante.
Todo ello tiene un impacto negativo sobre la calidad de vida de la paciente y una afectación muy importante en la esfera personal, emocional, social y sexual. La incomodidad que genera influye en las relaciones interpersonales e impide, en la gran mayoría de las pacientes, continuar con su vida habitual.
Esta especialidad, además, engloba los problemas dermatológicos que se presentan en la mujer embarazada, bien por brotes de patología dermatológica previa como de enfermedades específicas que se producen durante el embarazo. También se encarga de las alteraciones que se pueden producir en la piel, mucosas, pelo y uñas tras el postparto y durante la lactancia.
Sabemos que la salud del área genital es fundamental para el bienestar y la tranquilidad de la mujer y por ello, desde la Unidad de Dermatología Ginecológica te ofrecemos una atención especializada para el diagnóstico y tratamiento de cualquier síntoma, patología o disfunción del área genital femenina y estamos a tu disposición para resolver todas las dudas sobre la vulva y su patología.