cómo cuidar la piel del sol

La radiación solar y el envejecimiento prematuro de la piel

Hablar de fotodaño es hablar de envejecimiento prematuro de la piel. Sí, el sol y más concretamente, los rayos que emite, son perjudiciales para la piel hasta límites que muchas, y muchos, desconocen.

La mayoría asocian los peligros del sol a las exposiciones de larga duración (la vuelta y vuelta de toda la vida). Lo que no saben es que el sol nos agrede todos los días, tanto en invierno como en verano, tanto tumbadas en la playa como caminando por la calle.

De hecho, el sol es el principal factor externo responsable del envejecimiento prematuro de la piel. Mucho más determinante que la genética e incluso que la edad cronológica. ¡Como para no tenerlo en cuenta! Negar esto es como seguir fumando a pesar de conocer todos los perjuicios que el tabaco produce. Tenemos la información, el respaldo de estudios científicos y la experiencia clínica. Ahora nos falta la voluntad de cambio y de concienciación.

España, un país de sol y playa

Como dermatólogas, sentimos que la batalla contra el sol es la lucha de David contra Goliat. Una especie de epopeya que narramos en bucle sin mucha certeza de estar siendo escuchadas o entendidas.

El mensaje es sencillo, pero no podemos obviar que vivimos en un país en el que todo gira en torno al sol. La cultura del sol, no solo existe, sino que es la imperante. La cosa empieza con el pretexto del clima, pero sigue con gigantes como el turismo, la economía de servicios y los usos y costumbres españoles (caña en el chiringuito de verano, “plantá” de sombrilla en la playa y bien de zanahoria y aceite para coger color).

Parece que, si no practicas el deporte nacional (fritura de cuerpo en la playa o la piscina) eres rara. Tanto como esas orientales que vienen a visitar nuestros monumentos equipadas con sombrillas, huyendo del sol, cuan vampiresas.

Hombre ni tanto ni tan poco, ¿¡no!? El sol está ahí, es imposible eludirlo si no estás dispuesta a invertir tus ritmos vitales y salir de noche como los animales nocturnos. Lo importante no es huir de él, sino relacionarse con él de forma sana.

Tomar conciencia es el primer paso

Conciencia de lo nocivo que puede llegar a ser el sol para nuestra piel. En esta ocasión vamos a pasar por alto el tema del cáncer de piel que es, sin duda, la última y más grave consecuencia del fotodaño. Vamos a quedarnos a mitad de camino, en ese punto en el que el sol no solo produce una agresión directa (la quemadura), sino un daño acumulativo y difícil de revertir. Este daño implica alteración de la pigmentación de la piel, aparición de arrugas, pérdida de densidad, daño en las estructuras de la piel, etc.

Vamos a decirlo claro, el sol nos hace envejecer antes y peor. ¿¡Qué es lo que suele ocurrir!? Que esta agresión al principio pasa desapercibida y cuando se hace visible, suele ser ya tarde. Por eso insistimos tanto en la necesidad de prevenir y concienciar.

El proceso de envejecimiento cutáneo

Decimos que el sol produce daño, pero ¿¡cómo nos afecta realmente!? Para empezar, hay que aclarar que te pones morena, no porque sea tendencia, sino porque tu piel se defiende de la agresión que supone el sol. Cuando te expones, sobre todo si lo haces sin control, la piel reacciona haciendo que los melanocitos (las células encargadas de producir y liberar melanina) se vuelvan locas y produzcan pigmento a diestro y siniestro. Ese tono que cogemos, lejos de parecernos súper cool, debería aterrarnos.

Existe una creencia súper extendida que dice que ponerse moreno prepara la piel para la exposición solar. De ahí que muchas sigan defendiendo ese par de sesiones de rayos UVA antes de iniciar la temporada de verano. Como si eso fuera una puesta a punto o un entrenamiento previo a correr la maratón playera. La piel no se entrena de ese modo. Las cabinas UVA deberían considerarse instrumentos del mal. Tendrían que, como ocurre con las cajetillas de tabaco, ir acompañadas de fotos cruentas de los efectos que produce el sol en nuestra piel.

La piel no se curte, se protege y para hacerlo engrosa su capa más superficial. Por eso las pieles que acumulan fotodaño suelen ser pieles toscas y gruesas en superficie, pero con menos densidad a nivel medio y profundo. Esto último se debe a la destrucción de las fibras de colágeno y elastina. Vamos, que la piel se daña también en sus estructuras y esto hace que pierda consistencia.

Además, las pieles que han sido expuestas de forma continuada, tienen menor capacidad de recuperación tras los plegamientos. Esto hace que se marquen más tanto las arrugas estáticas como las dinámicas.

Al mismo tiempo, hacen acto de presencia las manchas solares (los léntigos y el melasma). Hiperpigmentaciones ambas que confieren un aspecto irregular a la piel. No importa si las manchas son más puntuales y diseminadas o más generalizadas y parcheadas, todas son percibidas como el principal signo de envejecimiento cutáneo. Nadie quiere una piel con manchas, pero muchas compran demasiadas papeletas para terminar con una piel repletita de ellas.

Nuestra apuesta por la salud de la piel

Como divulgadoras que somos, insistimos una y otra vez en la necesidad de mirar al sol desde otro punto de vista. No es que no puedas salir a la calle, sino que debes seleccionar el momento y la frecuencia adecuados y armarte de las herramientas de fotoprotección de las que contamos.

consejos fotoprotección infografía

Hoy en día existen multitud de opciones de fotoprotectores tópicos. Los hay en crema, en mouse, en spray, waterproof, con color, con destellos de purpurina, etc. Ya no hay excusa que valga para salir de casa fotoprotegida.

También existen los fotoprotectores orales que complementan a los primeros actuando desde dentro. Estos productos se han desarrollado enormemente en los últimos años y lo que antes sonaba marciano, ahora es pura ciencia.

Además, podemos valernos de complementos y ropa UPF, no como sustitutivo, sino como protección extra. Aun evitando las horas centrales del día, cuando hasta las calles se derriten, el uso de gorros, pañuelos, pareos y camisetas con factor de protección, se convierte en un must.

Lo que empezaron siendo prendas de agua compradas en grandes cadenas deportivas, hoy nos ofrecen alternativas de lo más trending. Ahora ya existe un sector de la moda que se preocupa de este problema y dedica talento y recursos a crear prendas bonitas, prácticas y eficaces en la tarea de fotoprotegernos. No es un mercado mayoritario, pero está ahí y en auge.

Ojalá llegue el día en que este post no sea necesario, pero mientras tanto, seguiremos dando guerra al sol una y otra vez. Nos va la vida, nos va la piel.

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