¿Conocéis el eje intestino-piel? ¿Y el eje intestino-cerebro-piel? Nuestra piel se comunica con nuestro intestino y cerebro, con un diálogo bidireccional.
Los desequilibrios en la microbiota (conocidos como disbiosis) gastrointestinal y cutánea, tienen un papel fundamental en el desarrollo y evolución de muchas enfermedades inflamatorias de la piel como la rosácea.
Actualmente se está investigando la asociación entre la rosácea y patologías gastrointestinales como el sobrecrecimiento bacteriano de intestino delgado, conocido como SIBO (también IMO, SIFO…), el síndrome de intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal, celiaquía o la infección por Helicobacter Pylori. En este artículo vamos a centrarnos en el Helicobacter Pylori.
¿Qué es Helicobacter Pylori?
Es una bacteria cuya infección puede afectar hasta el 50% de la población. La transmisión se produce por contacto prolongado y también a través de agua y alimentos contaminados. Lo encontramos en heces, saliva o placa dental. Es frecuente la asociación familiar.
Aunque su papel no está del todo claro en la rosácea, sabemos que en los pacientes que la padecen, hay una elevada prevalencia de la infección por Helicobacter Pylori.
Desde hace poco, sabemos que los componentes genéticos y ambientales pueden desencadenar el inicio y agravamiento de la rosácea por desequilibrios del sistema inmunitario innato y adaptativo. La infección por Helicobacter Pylori estimula al sistema inmunitario para que produzca una gran cantidad de mediadores inflamatorios, lo que lleva a la aparición y agravamiento de la inflamación de la rosácea.
El Helicobacter Pylori es un reconocido factor causante de úlceras pépticas, cáncer y gastritis. Se ha relacionado además, con otras patologías cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, autoinmunes y dermatológicas.
Entre estas últimas se encuentran psoriasis, algunas urticarias y la que hoy nos interesa, la rosácea. Pero, ¿es tan malo el Helicobacter Pylori? En realidad no. El problema aparece cuando se altera el equilibrio, con niveles elevados de Helicobacter Pylori asociados a una disminución del ácido de nuestro estómago.
En condiciones normales, el ambiente del estómago debería ser muy ácido (pH en torno a 2). Esta acidez es necesaria para varias funciones fundamentales:
- Barrera defensiva contra microorganismos que entran por vía oral, mezclados con los alimentos o procedentes de la flora bucal.
- Asegurar una buena digestión, al digerir gran parte de las proteínas de los alimentos.
- Absorber correctamente muchos nutrientes esenciales como hierro y vitaminas B12, C y D.
- Estimular la secreción de otros jugos digestivos.
Cuando el ácido de nuestro estómago baja (hipoclorhidria), se alteran estas funciones digestivas y se favorece la infección por Helicobacter Pylori, que a su vez potencia la hipoclorhidria. La pérdida de esta función de defensa gástrica, favorece el sobrecrecimiento de microorganismos en el intestino delgado (SIBO) con pérdida de integridad de la función barrera digestiva y posiblemente aumento de la permeabilidad intestinal.
La enfermedad celiaca, el hipotiroidismo, las gastritis autoinmunes, los medicamentos llamados “protectores de estómago” como el omeprazol, el déficit de zinc, el estrés mantenido o el propio envejecimiento, producen un descenso de ácido que favorece la infección por Helicobacter Pylori.
Síntomas de Helicobacter Pyori
Aunque muchos pacientes pueden permanecer sin síntomas, la falta de ácido y la infección por Helicobacter Pylori pueden causar alguna de las siguientes manifestaciones:
- Dolor abdominal, que puede empeorar con el estómago vacío.
- Acidez o ardor (pirosis) en el estómago.
- Náuseas.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Dificultad para poder digerir grandes cantidades de ciertos alimentos que contienen proteínas, como la carne o alimentos crudos en general.
- Digestiones más lentas con eructos frecuentes, hinchazón abdominal o flatulencias después de comer.
- Síntomas de aumento de histamina (enrojecimiento y picor de la piel, angiodema, síntomas digestivos…
La infección por Helicobacter Pylori, también puede producir alteración de la absorción de algunos nutrientes (hierro, zinc, vitamina B12 o vitamina D), que pueden detectarse al observarse niveles bajos de los mismos en los análisis de sangre.
El tratamiento para eliminar el Helicobacter Pylori se basa en el uso de antibióticos, que siempre deberían administrarse acompañados de probióticos. No debe realizarse este tratamiento si no está justificado, ya que puede dar lugar a resistencias a antibióticos y problemas posteriores. Se ha relacionado el tratamiento del Helicobacter Pylori con mejoría de los síntomas de rosácea, aunque algunos estudios asumen que la mejoría se debe a que los antibióticos son útiles en ambas enfermedades.
Pero no todo son antibióticos; es fundamental, por ejemplo asegurar una buena higiene bucal para mantener una microbiota oral sana.
El tratamiento para eliminar el Helicobacter Pylori se basa en el uso de antibióticos, siempre acompañados de probióticos. Los pacientes con rosácea deberían ser estudiados para detectar la infección por Helicobacter Pylori.
Relación entre rosácea y Helicobacter Pylori
Los pacientes con rosácea tienen una elevada prevalencia de infección por Helicobacter Pylori y deberían ser estudiados para detectarla y ser tratados en el caso de positividad, para mejorar el efecto terapéutico del resto del tratamiento rosácea.
No hay que olvidar que la eliminación del Helicobacter Pylori es solo una parte del proceso y que el abordaje de cualquier enfermedad debe ser continuo. Es importante trabajar para restaurar la barrera mucosa, reequilibrar la microbiota, solucionar el SIBO si está presente y minimizar así el riesgo de recaídas, que son habituales y no por ello deben considerarse un fracaso en el curso del tratamiento a largo plazo de la enfermedad.
Los cambios de estilo de vida enfocados a disminuir la inflamación y oxidación que se produce en nuestro cuerpo son la base del tratamiento y la prevención de gran parte las enfermedades, en especial las de base inflamatoria como la rosácea. Lo ideal, siempre que sea posible, sería realizar un abordaje global y personalizado. En Eguren, Clínica Dermatológica en Madrid, estaremos encantadas de ayudarte y encontrar el tratamiento que se adapte a tus necesidades específicas.
2 comentarios. Dejar nuevo
Muy buenas tardes, antes del año 2020 en los exámenes me detectaron el helicobacter pyroli, nunca me hice un tratamiento, siempre he tenido en la piel como granos, enrojecimiento, picazón etc. fui al medico le comente me dijo que iba a dar el tratamiento para el helicobacter pyroli, mi pregunta se que los antibióticos son fuertes para la flora intestinal . Que debo hacer Gracias por su apoyo y orientación
Mi hija hace unos meses le levanto en su cara roja pero no tiene granos eso le da siempre cuando esta en calor o cuando corre se vuelve roja eso sera rosacea por favor a ella le daignosticaron gastritis pero no tiene helicobacter no se que clase de gastritis sera