Los tipos de piel. Desmontamos mitos y reexplicamos conceptos

Empecemos por el principio. Sé que esto que vas a leer a continuación puede que te sorprenda, pero lo cierto es que solo existen tres tipos de piel, la grasa, la normal y la seca.  Otras como la llamada “piel sensible” o “piel mixta” no son tipos de piel, sino estados alterados de la misma.

Empecemos con la piel seca

La piel seca sí es una condición de la piel. Vamos que se nace con ella. Presenta descamación en la epidermis, agrietamiento, fisuras y una textura áspera y rugosa. Es una piel susceptible a la aparición de eccemas y que, a menudo, es menos elástica y consistente. Este tipo de pieles son la consecuencia del debilitamiento de la barrera lipídica, encargada de protegernos frente a los patógenos y de evitar que se produzca la perdida transepidérmica de agua.

Pero ¿¡Por qué se produce este fenómeno!? Pues por una merma en las proteínas y lípidos que dan cohesión a la estructura cutánea. Para explicarlo, históricamente se ha recurrido al símil del muro de ladrillos, en el que estas proteínas y lípidos representan el cemento que da sustento a los corneocitos (células mayoritarias de las que se compone la epidermis).

En las pieles secas, a este entorno extracelular le falta consistencia. Digamos que el cemento que une estos corneocitos no es lo suficientemente compacto y por eso, se produce un desequilibrio en la función barrera de la piel. Esto explica que la piel seca, en muchas ocasiones, sea el preludio de la atopia cutánea. 

Debemos diferenciar la piel seca de la deshidratada. Es importante entender que la deshidratación, la sensibilidad y la reactividad no son condiciones de la piel, sino estados alterados de la misma. La piel puede tener ciertos condicionantes de base y adquirir otros. La deshidratación es algo adquirido, y por lo tanto, algo que se puede tratar y revertir. 

La piel seca debe considerarse, por tanto, una condición crónica. Su origen suele estar en una disfunción de carácter genético. La dermatitis atópica es la manifestación más popularmente conocida asociada a la piel seca. Y no es casual que esta enfermedad inflamatoria de la piel aparezca habitualmente durante la primera infancia. Este dato refuerza la idea de este componente congénito de la piel seca. 

tratamiento para la piel seca

Algo a tener en cuenta, es que la piel seca funciona como si de un boomerang se tratara. La piel seca aparece con frecuencia en los niños, decae durante la adolescencia, momento en el que se activan las glándulas sebáceas, y hace su reaparición estelar en la madurez. Esto ocurre porque con los años, tanto las glándulas sebáceas, como las sudoríparas van perdiendo funcionalidad. A esto podemos sumarle el afinamiento de la dermis inherente al paso del tiempo y el engrosamiento de la capa córnea por el efecto del daño solar acumulado. Es decir, un desbarajuste de cuidado, que al final llama de nuevo a la sequedad. Por eso, la prevalencia de xerosis o piel seca aumenta fisiológicamente con la edad

En la otra cara de la moneda, la piel grasa

Como he dicho antes, la activación de las glándulas sebáceas, responsables de producir el sebo de nuestra piel, se da en la pubertad. Concretamente entre los 10 y los 12 años. Una vez más, son las hormonas las responsables del asunto. Y es que, durante la adolescencia, los niveles de andrógenos suben como la espuma y lo hacen sin distinción de sexo.

Al influir sobre las glándulas sebáceas, estas aumentan su actividad y producen más sebo. Y también, se puede decir que la piel grasa influye en . Por tanto, lo fundamental es entender que la piel grasa aparece a partir de un determinado momento y que, en mayor o menor medida, afecta a la gran mayoría de la población. Podría decir, sin riesgo alguno a equivocarme, que el 90% de las mujeres tienen la piel grasa. En los hombres, este porcentaje es aún mayor, dado que sus niveles de andrógenos son de forma basal, superiores

tratamientos para pieles
Como puedes ver en esta serie de fotografías, la piel grasa suele desencadenar el daño textural, la irritación, la sensibilidad y la deshidratación

Pero el hecho de que la piel grasa sea tan frecuente, no implica que no debamos tratarla. Debemos aplacar la hiperfunción de las glándulas sebáceas, ejercer un control sobre el exceso de grasa y restaurar la función barrera de la piel. Porque, sí, en este caso también puede verse notablemente alterada. De hecho, la piel grasa influye en la aparición de granos debido a que, el exceso de sebo no solo dilata el poro y lo hace más visible, sino que puede llegar a taponarlo por acumulación de queratina (hiperqueratosis). De hecho, ese es el principio de todas las lesiones acneicas.

El desequilibrio puede venir, tanto por sequedad, como por exceso de grasa. Las pieles grasas pueden, y de hecho ocurre con muchísima frecuencia, deshidratarse. La grasa, cuando es excesiva, altera la composición de la capa córnea. En función del tipo de sebo (porque no todos son iguales) se producirá menor o mayor grado de irritación. Pero, en cualquier caso, esto, con el tiempo, terminará produciendo un desequilibrio, que a su vez, provocará una inactivación celular. Esto significa que las células, que antes eran capaces de retener el agua, ahora la pierden. Y nos volvemos a encontrar en un lugar común entre la piel seca y la piel grasa. Y ese punto es la deshidratación.

Esto desmonta por completo la idea de la piel mixta. La piel mixta sencillamente no existe, es un error de concepto. Lo que sí puede existir es una piel grasa, que precisamente por exceso de grasa, ha terminado deshidratándose por zonas. Este tipo de “sequedad” no tiene su origen en la falta de agua, sino en el exceso de grasa. La deshidratación viene después. ¿Cuáles son las áreas secas de las supuestas pieles mixtas? Aquellas donde tenemos un menor número de glándulas sebáceas. Estas pieles no van a necesitar tratamientos combinados de cosméticos específicos para piel seca y piel grasa; lo que van a necesitar es reducir el tamaño y la producción de las glándulas sebáceas, y restaurar la función barrera de la piel. 

Y para rematar, hablemos de la piel normal

Por último, tenemos la piel normal, que es la piel que no es ni seca, ni grasa. Y ¿En qué porcentaje se da este tipo de piel? Pues rara vez, la verdad. Es el tipo de piel más codiciado, pero también el menos frecuente. Como idea está genial, pero en la práctica, en la población general, tiene poca presencia

Como ves, los tipos de piel se reducen a tres, pero no siempre muestran su verdadera cara. Y como te he explicado esto puede ocurrir por diversas razones. Por eso, antes de elegir tu rutina cosmética, debes identificar a qué grupo pertenece tu piel y cuáles son sus verdaderas necesidades. De lo contrario, puedes estar alimentando sin querer, un desequilibrio cutáneo que terminará por volverte loca. 

Gastar dinero en cremas sin antes haber acudido al dermatólogo, es absurdo. Parte de un diagnóstico profesional, para ahorrarte disgustos y dinero. Esta es la mejor inversión en salud y belleza de piel que puedes hacer.  En Eguren, Clínica Dermatológica en Madrid, te ayudamos a tratar cualquier problema relacionado con tu piel.

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